16 June, 2012 20:56

 

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REVISTA CRECIMIENTO INTERIOR N° 86

Enero y Febrero del 2004

 

 

 

 

COMPRENDER PARA PODER CREER, CREER PARA PODER COMPRENDER

Es muy probable que en línea de máxima, en la historia del pensamiento humano los desarrollos más fecundos sucedan frecuentemente en los puntos de intersección entre dos diversas líneas de pensamiento...

ALQUIMIA CAPITULO IV: los vehículos

Decíamos, en el número anterior de la Revista, que había llegado el momento de comenzar a analizar el vehículo a través del cual se hará la travesía durante esta vida. Todos los seres humanos seamos conscientes o no, estamos viajando en un vehículo, y algún día llegaremos a destino...



 

Escritos sobre Salud Natural

Comprender para poder creer, creer para poder comprender

Es muy probable que en línea de máxima, en la historia del pensamiento humano los desarrollos más fecundos sucedan frecuentemente en los puntos de intersección entre dos diversas líneas de pensamiento. Estas líneas pueden tener sus raíces en partes absolutamente diversas de la cultura humana, en tiempos diversos y en ambientes culturales diversos o de diversa tradición religiosa, por lo tanto si esas líneas realmente se encuentran, o sea si su relación es tal que pueda dar origen a una efectiva interacción, se puede esperar que puedan surgir nuevos e interesantes desarrollos.

Werner Heisenberg (premio novel de física en 1932, creador del enunciado del principio de incertidumbre)

El día 18 de diciembre pasado apareció, en un gran matutino de nuestro país, un artículo titulado "El fenómeno global de la medicina alternativa también prende fuerte entre los argentinos", y agrega: "Se utiliza para prevenir o tratar enfermedades. Su eficacia en el tratamiento de algunas dolencias y los menores costos impulsan una rápida expansión. La OMS sigue de cerca el proceso y pide reglamentar la actividad."
Pero ¿por qué existen dos tipos de medicina: la tradicional y la alternativa?.
La razón hay que buscarla muy atrás en el tiempo. En su origen se trataba de una única medicina, que buscaba por todos los medios conocidos precaver y curar las enfermedades del cuerpo humano.
Esta medicina tiene miles de años de antigüedad. Posteriormente, al menos en occidente, la medicina llamada "tradicional" o "alopática", tomó fuerza, y debido a su enorme capacidad de cura y prevención sobre el denominado cuerpo físico, fue desplazando dentro del mundo de la salud, a la otra, a la que hoy llamamos alternativa. Sus resultados eran tan asombrosos que casi nadie prestó atención a sus efectos secundarios.
Con el tiempo la medicina tradicional fue reglamentada, aparecieron las facultades, los títulos, los médicos, y se prohibió a los no médicos la actividad.
De este modo la medicina alternativa quedó relegada e incluso en muchos lugares perseguida. Sus seguidores no podían probar científicamente sus métodos, y muchas veces fueron colocados dentro de la figura de farsantes. No fue necesario reglamentar una actividad prohibida.
Pero, a pesar del avance de la tecnología la ciencia médica tradicional mostró su incapacidad en ciertas dolencias, y en otras sus efectos colaterales eran tan dañinos que hacían recordar la frase popular "peor el remedio que la enfermedad".
Esto provocó que cambiara la actitud de muchos terapeutas. Dice un especialista del Hospital Italiano de Buenos Aires: "que para determinados pacientes y cuadros clínicos, la medicina alternativa es tan útil como la tradicional (síntomas de difícil definición, alergias, dolores musculares, etc), y aclara que: "Por lo general, se recurre a la medicina alternativa cuando hay fallas en la tradicional, sobre todo si esta última dedica poco tiempo al paciente, generando una relación médico-paciente deficiente a las necesidades del individuo y convencido de que el factor "fe", es clave en cualquier abordaje terapéutico."
Si bien el factor "fe" es clave en los tratamientos, de ningún modo se puede pensar que las terapias alternativas consisten en un efecto placebo, pues como el mismo artículo reconoce: "El éxito de terapias como la acupuntura, capaz de aliviar distinto tipo de dolores; el yoga, indicado para atenuar los ataques de asma; y el tai chi elegido por muchas personas mayores que quieren rejuvenecer sus físicos, son tan solo algunos de los buenos resultados que están haciendo que la medicina complementaria y alternativa se expanda globalmente."
Recién en esta época se está reconociendo que la medicina tradicional, la línea terapéutica oficial, no se ocupa de la totalidad de los cuerpos del ser humano. Su objeto de estudio es solamente el "cuerpo físico". Difícilmente un médico tradicional quiera escuchar palabras del tipo "cuerpo energético", "cuerpo emocional, o "doble etéreo". No corresponden a su ámbito de estudio y cuidado.
Por otra parte existe la otra línea terapéutica, la de la medicina alternativa, que está resurgiendo. Ella se ocupa del cuerpo físico, y en este caso complementa la actividad de la medicina tradicional, pero además se ocupa de los "otros cuerpos", esos que el médico ignora. De este modo, la medicina alternativa, se perfila nuevamente como una línea de conocimiento y aplicación de indudable vigencia para la salud humana.
Reconocida hoy la medicina alternativa, surge entonces el tema de su reglamentación.
Se argumenta en el artículo que: "La falta de evaluaciones, a su vez, ha frenado el proceso de reglamentación y legislación."
Pero, si por evaluar entendemos realizar controles y estadísticas, eso no es ninguna traba, es factible realizarlo. Pero, si por evaluar entendemos medir con los precarios instrumentos que hoy posee la ciencia, los tratamientos alternativos, entramos en un terreno pantanoso.
¿Cómo podremos evaluar aquello que no es medible?. ¿Se ha prohibido alguna religión por no haber podido probar científicamente la existencia de su Dios?.
Entonces el problema no surge por la falta de evaluación, sino por el objeto tutelado: la vida humana. Con razón se trata de protegerla de aquellos que buscan comerciar con la vida de los demás.
Aclara la OMS "...que la ausencia de una reglamentación o la mala utilización de cierto tipo de medicinas tradicionales puede tener efectos dañinos o incluso peligrosos para la salud." "La gran contra es el daño que hacen los chantas", resume el Dr. Santibañez en dicho artículo.
Bienvenido sea el Gobierno que tome la decisión de reglamentarla. Se alejará de ese modo de la actividad, a los mal intencionados y se podrán crear centros de capacitación reconocidos para los bien intencionados.
El Estado estará cumpliendo su obligación de proteger un bien fundamental para el ser humano: "la salud". De ese modo podremos ser uno más de los veinticinco países, que en el año 2000, tenían una política nacional al respecto.
Este será un paso necesario, pero no suficiente, pues aún el paciente se verá obligado a elegir. Dice el artículo: "En algunos hospitales públicos de Alemania y Suiza el paciente decide, por ejemplo, si el pos operatorio se trabaja con alopatía o terapias naturales."
Para superar esta etapa, en la cual la carga de la elección recae únicamente sobre el paciente, será necesario dar un paso más.
Así nos llevará a la intersección de estas dos diversas líneas de pensamiento: medicina tradicional y medicina alternativa. De esta manera se podrá dar origen a una efectiva interacción, de la que puedan surgir nuevos e interesantes desarrollos.
Pero no será un paso fácil, en el medio existe un océano de dudas. Para lograrlo deberemos aplicar el principio de la escolástica que dice: "Comprender para poder creer, creer para poder comprender".

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon

Revista Crecimiento Interior Nº 86, Enero y Febrero del 2004

 

 

Escritos sobre Alquimia

ALQUIMIA, los vehículos
(Capítulo 4)

Decíamos, en el número anterior de la Revista, que había llegado el momento de comenzar a analizar el vehículo a través del cual se hará la travesía durante esta vida.
Todos los seres humanos seamos conscientes o no, estamos viajando en un vehículo, y algún día llegaremos a destino.
Usted podría afirmar que a veces no viajamos dentro de vehículos, pues vamos caminando por la vida. Entonces yo aprovecharía para contestarle que el cuerpo físico que utilizamos para caminar, es justamente un vehículo y que dicho cuerpo es sólo uno de los siete que poseemos según enseña la tradición oculta.

LOS SIETE CUERPOS
De estos siete cuerpos, solamente el cuerpo físico es visible por el hombre corriente, pues para comenzar a ver los otros cuerpos es necesario contar con facultades particulares de percepción. Éstas, con cierto entrenamiento, son accesibles a la mayoría de las personas en la medida que busquen ver la verdad más allá del mundo de la dualidad. Dice Pablo a los Corintios. 2 Corintios 4: 18 "...y nosotros no ponemos la mira en lo que se ve, sino en lo que no se ve, porque lo que se ve es transitorio y lo que no se ve es eterno...".
Así, los sabios desde antiguo, buscaban ver lo que "no se ve" y distinguían en el ser humano distintos cuerpos, a los que dividían en dos grupos: cuerpos celestes y cuerpos terrestres.

Cuerpos celestes y cuerpos terrestres
Dice Pablo a los Corintios. I Corintios 15:40-45 "...Hay también cuerpos celestes y cuerpos terrestres, y una cosa es el resplandor de los celestes y otra el de los terrestres. Hay diferencia entre el resplandor del sol, el de la luna y el de las estrellas; y tampoco las estrellas brillan todas lo mismo. Igual pasa en la resurrección de los muertos: Se siembra lo corruptible, resucita incorruptible; se siembra lo miserable, resucita glorioso; se siembra lo débil, resucita fuerte; se siembra un cuerpo animal, resucita cuerpo espiritual.
Si hay cuerpo animal, lo hay también espiritual...".

Así Pablo distinguía claramente los dos cuerpos: el celestial o espiritual y el terrenal o animal. También indicaba que lo que se siembra, lo terrenal es miserable, débil, animal, y que lo que resucita tendrá las características de glorioso, fuerte, espiritual. Nuestro trabajo en este planeta es convertir la semilla que hemos sembrado "como plomo" en lo que puede ser: "un hombre Oro".

CUERPO CELESTE. VEHÍCULO CELESTIAL: TRIÁNGULO SUPERIOR
El Cuerpo Celeste, grupo atemporal o superior, está formado por tres cuerpos, conocidos también como Cuerpos Superiores del Hombre. Este cuerpo Celeste es eterno, e independiente en consecuencia de la existencia o no del cuerpo terrestre. Es nuestro vehículo celestial, se simboliza con un triángulo con el vértice hacia abajo, y contiene la energía divina, que podrá ingresar al mundo de los opuestos.
Así como Hombres celestiales, utilizamos este vehículo para nuestro viaje de evolución. Con él hemos partido de Dios, y a él retornaremos luego de nuestra estadía en el Mundo de la Dualidad, en el mundo físico. Además de este vehículo celeste y para poder viajar en el mundo físico necesitamos otro vehículo. A tal fin encarnamos en un cuerpo terrestre, o sea un cuerpo físico.

CUERPO TERRESTRE: VEHÍCULO TERRESTRE. TRIÁNGULO INFERIOR
Este vehículo nos permite viajar en este mundo dual, y está simbolizado con otro triángulo con el vértice hacia arriba. Contiene todo aquello que es perecedero en el hombre. Es a través de este vehículo terrestre, que podremos evolucionar en nuestra experiencia terrena.
El vehículo terrestre, grupo temporal o inferior, está formado por cuatro cuerpos:
- El cuerpo físico
- El cuerpo energético
- El cuerpo emocional.
- El cuerpo mental inferior

LOS DOS VEHÍCULOS: LOS DOS TRÍANGULOS
De este modo el ser humano dispone de dos grupos de cuerpos, el celeste y el terrestre, estos son creados en distintos momentos, y tienen diversas características y finalidades.
Dentro de estos dos vehículos transcurre nuestro viaje en esta vida. Posteriormente con la "muerte" del vehículo terrestre, seguiremos nuestro viaje en el vehículo celestial.
Así lo dice Pablo en 2 Corintios 5:1 "Es que sabemos que si nuestro albergue terrestre, esta tienda de campaña se derrumba, tenemos un edificio que viene de Dios, un albergue eterno en el cielo no construido por hombres...".
Durante toda la experiencia terrena estos dos vehículos estarán unidos.
La parte superior de color celeste representa el mundo espiritual, y la parte inferior de color verde representa el mundo terrenal. Obsérvese que ambos triángulos están unidos por una especie de tubo de color violeta.

Cada uno de los vehículos ha sido diseñado especialmente para cumplir su finalidad. Necesitamos a ambos para cumplir nuestra misión. Por ello están equivocados aquellos que, creyendo ser espirituales, niegan sus cuerpos terrenales sometiéndolos a penurias y mortificaciones innecesarias. Ellos consideran indigno a su triángulo inferior, sin darse cuenta, que es a través de él que lograrán producir su proceso alquímico. De este modo, aspirando a vivir casi exclusivamente dentro de sus cuerpos superiores, y deseando abandonar este mundo lo antes posible, niegan su posible evolución.
Sobre este tema volveremos más adelante, pues ahora debemos concentrar nuestra atención, en el vehículo que nos permite manifestarnos en el mundo físico: el vehículo terrestre o triángulo inferior. Para comprenderlo mejor utilizaremos la analogía del carruaje.

LA ANALOGÍA DEL CARRUAJE
Desde antiguo se conoce esta analogía. Si bien muchos autores la han utilizado en forma parcial, en algunos casos omitiendo algún elemento, y en otros sin integrarla con el vehículo celestial.
Si nuestra vida en este planeta es como un viaje, ¿qué mejor que disponer de un hermoso carruaje para realizarla?.
Así como la vemos, y a pesar de su belleza, la Carroza es un objeto inútil para cumplir su finalidad, pues carece de sus complementos. Primero necesitaríamos colocarle briosos Caballos para tirarla: imaginemos entonces cuatro briosos Caballos blancos que han sido sujetados firmemente con los arneses a la Carroza.
También necesitaríamos un conductor, un hábil Cochero, de noble porte, elegantemente vestido, para que con rienda firme conduzca a los Caballos.
Hasta aquí, nadie viaja en la Carroza, falta lo principal: el Amo, él tendrá que subir y sentarse tranquilamente en su interior para iniciar el trayecto. Él dirigirá con voz suave y firme al Cochero. Le dará las instrucciones del viaje para que lo lleve por la senda correcta. Así el Amo se dirigirá feliz y diligentemente a su Destino.
Con todo este conjunto actuando armoniosamente, podremos ver al Amo viajando en esta hermosa Carroza, elegante y veloz, tirada por los briosos Caballos, sujetos con firmeza por el Cochero y devorando segura los polvorientos caminos de la vida.
Hemos hablado del Carruaje como una "analogía", pasaremos a explicarla. Entendiendo que el Carruaje, en su conjunto, representa al Hombre Oro cumpliendo diligentemente su misión en esta vida, pasaremos a relacionar cada uno de los elementos de esta imagen con los cuerpos inferiores del ser humano.

TRIÁNGULO INFERIOR: VEHÍCULO TERRESTRE

LA CARROZA
La Carroza representa la estructura del hombre, su cuerpo físico.

LA PARTE FÍSICA DE LOS CABALLOS
Corresponde al cuerpo energético, ese cuerpo por el cual circula la vida, esa fuerza que nos da la energía.

LA PARTE PSIQUICA DE LOS CABALLOS.
La parte psíquica de los Caballos, o sea los instintos que guían a estos animales hacia sus deseos naturales, representan al cuerpo emocional, los sentimientos, emociones y pasiones del ser humano. Estos pueden ser manifestados, como:
- Amor
- Odio
- Esperanza
- Temor
- Alegría
- Tristeza
- Admiración
- Deseo o apetito
- Dolor
- Placer
- Envidia
- Vergüenza

EL COCHERO
El Cochero representa al cuerpo mental inferior, o sea el conjunto de las facultades intelectuales, incluida la Razón.

EL "AMO"
El amo representa a la inteligencia focalizada de los cuerpos superiores.

Llegamos así, a la parte de la analogía, en la cual muchos se equivocan. Colocan al Amo dentro de la Carroza como si fuese ésta el único vehículo que utiliza, nada más errado. Éste será motivo del "Segundo Descubrimiento", pues si bien el Amo se encuentra viajando en la Carroza, no pertenece a este vehículo.
Podemos ver los mismos elementos que antes:
- La Carroza, de color violeta, el cuerpo físico.
- Los Caballos, con una parte de color verde que representa el cuerpo energético.
- Los Caballos, con otra parte de color rojo, que representa el cuerpo emocional.
- El Cochero, de color azul, que sostiene las riendas negras para dirigir a los Caballos, es el cuerpo mental inferior.
- El Amo en el interior de la Carroza, está representado por un círculo Amarillo Oro.

SEGUNDO DESCUBRIMIENTO: EL AMO DEL CARRUAJE
Habíamos hablado en el capítulo anterior sobre el despertar del hombre dormido. Ahora corresponde aclarar que quien despierta es el AMO del Carruaje. Cuando estamos dormidos creemos ser el Cochero. Cuando despertamos comprendemos que el Cochero, es nuestra mente inferior, que él es nuestro siervo y no quien debe dirigir el viaje. A partir de este descubrimiento comenzaremos a percibir los elementos del carruaje, nuestro vehículo terrestre.
Darnos cuenta que como Amos, no pertenecemos a este vehículo, sino que lo dirigimos es el segundo descubrimiento. Ahí, en su interior, es que lo hemos encontrado dormido, ahí despertará, pero el Amo no pertenece a esta región inferior. Ésto será motivo de un mayor análisis a posteriori.
Pongamos ahora todo este conjunto, excepto al Amo, dentro del triángulo inferior.
Dentro de este triángulo inferior se encuentra el carruaje terrestre.
En la parte posterior del triángulo podemos ver la Carroza, en la parte anterior los Caballos y en la parte superior el Cochero.
Este triángulo representa entonces a los cuatro cuerpos inferiores del hombre a saber:
- La Carroza, al cuerpo físico.
- Los Caballos al cuerpo emocional y al cuerpo energético.
- El Cochero al cuerpo mental inferior.
Un hombre dormido, sólo podrá interactuar dentro de este triángulo inferior, quedando atrapado en el mundo de la dualidad.

EL TRIANGULO INFERIOR Y EL HOMBRE DORMIDO
¿Puede este carruaje, con un Amo dormido, funcionar armónicamente?. No, el carruaje perdería la senda.
¿Qué sucede con el carruaje en estos casos?. Cuando el Cochero no recibe del Amo las órdenes pertinentes para el viaje, pueden suceden efectos de diversa gravedad. En algunos casos el Cochero se vuelve soberbio, al extremo de creerse el dueño de la Carroza y negando la existencia de un Amo superior a él. En otros casos no existe un solo Cochero, sino un grupo de cinco, seis o más Cocheros, cada uno con una personalidad distinta, y objetivos distintos que se turnan en la conducción de la Carroza, llevándola a ninguna parte.
Difícil es saber cuál de estos es el Cochero adecuado. En muchos carruajes, los Cocheros no tienen capacidad para dirigir a los Caballos, así los corceles, careciendo de dirección, vagan perdidos por los campos. En otros carruajes, los Caballos tienen tanta fuerza que imponen con facilidad su voluntad a los indolentes Cocheros, que sólo atinan a exclamar "¡es más fuerte que yo, no puedo evitarlo"!. En otros casos la situación es la inversa: los Caballos están sometidos a la voluntad de un Cochero despiadado, y están tan débiles que carecen de fuerzas para arrastrar siquiera unos pocos metros a la Carroza.
Hablando de Carrozas, en algunos carruajes, el Cochero desprecia tanto a su Carroza que le niega el más mínimo cuidado, tornando peligroso e inseguro el viaje. Otros Cocheros creen que la Carroza es lo único importante que existe, dedicando así todas sus energías para lucir la mejor Carroza del mundo y provocar la envidia de los otros.
Volveremos más adelante sobre el tema.

EL TRIÁNGULO INFERIOR Y EL ATHANOR: EL TERCER DESCUBRIMIENTO
Si el Cochero pudiese percibir que dentro de este triángulo, dentro de la Carroza, está el Athanor y el fuego que le permitiría la transmutación podría hacer algo, pero lo desconoce, no pertenece a su mundo el saber oculto.
El descubrir el Athanor, dentro de la Carroza, con las distintas "tuberías" que lo conectan con cada uno de los cuerpos, será función del Amo, y su tercer descubrimiento.
A partir de ese momento el Amo podrá, utilizando la piedra filosofal, actuar sobre cada uno de los elementos para producir la transmutación.

LA IMAGEN CONJUNTO-CARROZA CON ATHANOR
Obsérvese que en esta imagen se han agregado diversos Cocheros, el Athanor y sus tuberías. Este gráfico será la base conceptual para el trabajo de transmutación alquímica, pero tendremos que posponer su análisis para poder dirigir nuestra atención al triángulo superior y su interactuar con el inferior.



Continuará en el próximo número de la revista.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon

Revista Crecimiento Interior Nº 81, Agosto del 2003

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 

 

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