16 June, 2012 20:56

 

La Fundación Crecimiento Interior

En el cumplimiento de sus objetivos, tiene el agrado de entregarle esta revista totalmente gratuita.


REVISTA CRECIMIENTO INTERIOR N° 57

Año 6, mes de Julio de 1999

 

Revista Crecimiento Interior Nº 57, Año 6, Julio de 1999

 

Haciendo un clic sobre cada título, podrás leer el artículo de manera completa

LOS MIEDOS Y LAS FLORES

Temores, miedos, pánico, terror. Los distintos estadios de estos sentimientos afectan por igual al cuerpo físico y alteran la existencia. A veces creemos que porque ignoramos nuestros temores, ellos no tienen ninguna incidencia sobre nuestra vida...

LA COPA DE CHAMPAÑA

A la tienda del señor Sufí llegó una mujer profundamente religiosa, estaba muy preocupada por el significado de las escrituras, quería llevar una vida dedicada a sus seres queridos...

EL DESCUBRIMIENTO DE LA FOTO KIRLIAN

Al igual que la capa de ozono que recubre y protege a la tierra, el cuerpo humano emite una energía que lo rodea, vibrando de un modo particular. También las plantas y los animales emiten un tipo especial de energía, que podríamos comparar a una luz que se mueve desde el centro hacia afuera...

Escritos sobre Terapias Florales


Los miedos y las Flores

Temores, miedos, pánico, terror. Los distintos estadios de estos sentimientos afectan por igual al cuerpo físico y alteran la existencia. A veces creemos que porque ignoramos nuestros temores, ellos no tienen ninguna incidencia sobre nuestra vida. Esta es, sin embargo, la razón por la cual ellos tienen el dominio de la persona: son las sombras que habitan en el interior y que atacan cuando menos se lo espera, haciendo, que la mente se desvíe del rumbo de los objetivos que uno se había planteado y lo saquen de centro. A partir de ese momento, ese sentimiento que podía en un principio ser mínimo o despreciable, comienza a crecer hasta ocupar todos nuestros pensamientos, alterar nuestros ritmos biológicos, nuestro sueño, nuestra digestión, en suma dañar nuestro cuerpo de mil modos posibles.
¿Cuál es la función que cumplen las flores de Bach a esta altura?. Si tenemos en cuenta que el miedo es un sentimiento que la persona instala en su mente en un momento dado de su vida" debido a circunstancias externas que lo superan, podemos afirmar que no es algo que traigamos genéticamente, de modo que si pudiéramos volver a la esencia original, estaríamos libres de él. Poco a poco las flores van restableciendo la vibración normal energética que había sido alterada por ese hecho o circunstancia, liberándola, limpiando el campo energético de cualquier influencia externa que se pueda haber instalado en él. Esto significa que sin darnos cuenta, gradualmente va resurgiendo la paz interior a medida que reaparece la fuerza que había quedado "tapada" dentro del ser por este sentimiento de temor.
En primera instancia podríamos decir que esta es la función que cumplirían las cinco flores que pertenecen al grupo de Miedos, según lo diferenció el Dr. Bach (Mímulus para miedos concretos, Rock Rose para miedos paralizantes, pánicos, Aspen para presagios, miedos difíciles de explicar, Red Chestnut para el temor por los seres queridos y Cherry Plum para el miedo a perder la razón o el control sobre nuestros actos). Pero hay ciertas sutilezas en otros remedios pertenecientes a los demás grupos, que, según el tipo de temor confesado por el consultante, no están contempladas directamente dentro de los cinco remedios descriptos.
Es por esta razón que se hace tan importante poder reconocer claramente la emoción dominante cuando deseamos prescribir las flores de Bach. Por ejemplo, a una persona que en un momento determinado declara tener miedo a no poder cumplir con su tarea por el cansancio que viene acumulando durante los últimos tiempos debería tomar Elm.
Esta es la flor para la sensación de agobio provocado por el exceso de responsabilidades, pero el consultante puede describirlo como miedo que el terapeuta podría llegar a confundir con Mimulus por ser un miedo concreto. O bien alguien que manifiesta "miedo a fallar" es un miedo provocado por la baja autoestima de un Larch, así como el miedo a "equivocarse otra vez" tiene que ver con la incapacidad de aprender de la experiencia de un Chestnut Bud.
Con esto no estoy significando que debería ampliarse el grupo de los miedos que estableció el Dr. Bach, sino que el terapeuta debe aprender a ver más allá de las palabras que usa quien lo consulta y no quedarse con lo primero que capta. El prescribir flores es un arte que todos podemos aprender pero requiere de mucha atención, y sobre todo, como decía Bach, de comprensión y compasión. Es necesario comprender cuál es la causa que motivó la aparición del temor, y ayudar a la persona a liberarla sin que esta limpieza sea traumática, sino dejando que las flores actúen por sí mismas haciendo que el sentimiento negativo desaparezca y, en forma natural, la persona vuelva a ser ella misma.

"En esta era, el miedo a la enfermedad ha aumentado hasta convertirse en un gran poder de dañar, puesto que abre las puertas a las cosas que tememos, y así éstas llegan más fácilmente. Ese miedo es en realidad un interés egoísta, pues cuando realmente absortos en el bienestar de los demás no tenemos tiempo de sentir aprensión ante nuestras enfermedades personales. El materialismo se olvida de que hay un factor por encima del plano físico que en transcurso de la vida protege o expone a cualquier individuo ante la enfermedad, de cualquier naturaleza que sea. El miedo, con su efecto deprimente su nuestra mentalidad, que causa inarmonía en nuestros cuerpos físicos y magnéticos, prepara el camino a la invasión, y si las bacterias y las causas físicas fueran las que única e indudablemente provocaran la enfermedad, entonces desde luego, el miedo estaría justificado."
Edward Bach

Autores: Staff de la Revista Crecimiento Interior

Revista Crecimiento Interior Nº 57, Año 6, Julio de 1999

Cuentos


La Copa de Champaña

A la tienda del señor Sufí llegó una mujer profundamente religiosa, estaba muy preocupada por el significado de las escrituras, quería llevar una vida dedicada a sus seres queridos.
Con voz temblorosa y lágrimas en los ojos dijo:
- Sufí, dime cómo lograr que todos mis seres queridos estén felices.
Y agregó:
- Esto es lo que más anhelo en mi vida, cuando lo logre, podré dedicarme a mí y estar en paz.
El Sufí la escuchó en silencio y luego le dijo:
- Siéntate que te contaré una historia.
El Sufí comenzó su relato:
- En el mundo de las cosas, vivía allá hace mucho tiempo y allá a los lejos, una copa llamada Quierememucho. Era una copa muy buena y un día organizó una fiesta. Estaban invitadas todas las copas de la comarca. A la fiesta llegaron todas. Entre ellas estaban sus amigas más queridas: Copafeliz, Coparrota y Dadavuelta.
Dadavuelta era, según la opinión de todas, directamente un ser negativo. Era como si todo lo viese al revés. Nada le parecía bien. Es más, afirmaba que el mundo estaba "dado vuelta". Ella, si bien era consciente que no lo podía enderezar sola, estaba dispuesta a protestar durante toda la vida, si hiciera falta. De este modo, finalmente el mundo entraría en razones. Pero, a pesar de todo, Quierememucho la había invitado. En el fondo era una más de la familia.
Al llegar el momento del brindis, Quierememucho tomó una botella de champaña y la descorchó alegremente. Todas las copas se acercaron y ella comenzó a llenarlas. Comenzó por aquellas copas que creyó que necesitaban estar más alegres. Primero con Coparrota. Pero por más que Quierememucho se esforzaba por llenarla, el líquido no podía contenerse. Este se escapaba por el agujero y se desparramaba sobre la mesa. Intentó luego con Dadavuelta. Pero ésta, como siempre, estaba muy sanita y con las patas para arriba. Era como si no quisiera recibir la champaña. Por supuesto todo intento de llenar a Coparrota y a Dadavuelta resultó inútil. Cuando Quierememucho se dio cuenta ya era tarde: no quedaba champaña para llenar las otras copas, ni pensar siquiera en llenar la suya.
Quierememucho era tan buena y considerada que tomó otra botella e hizo lo mismo, volvió a tratar de llenar de champaña a Coparrota y a Dadavuelta. El resultado fue el mismo, no le quedó ni una sola gota para las demás. Volvió a buscar otra botella y se dio cuenta de que ésta era la única que le quedaba para brindar.
Un enorme desafío se le planteaba: ¿cómo hacer para llenar todas las copas con la única botella que le quedaba para esa fiesta?. Mañana podría conseguir más champaña, pero hoy ya no, era imposible. Tendría que arreglarse de algún modo con su única botella.
Mientras pensaba y pensaba, muchas ideas se le cruzaban por la mente. Algunas, como la siguiente, las descartó por considerarlas totalmente egoístas: "quizás yo debo tomar el líquido, pues en definitiva no es culpa mía que la copa de los demás esté rota o dada vuelta".
Quiso cambiar de pensamiento y se encontró con otro que la angustió: "quizás yo no me merezco tener la copa llena".
Finalmente el rostro de Quierememucho se iluminó: la solución le apareció claramente en su mente. Había tenido una idea feliz. Tomó la botella de champaña, se paró sobre una silla alta y le pidió a todas las presentes que la rodearan formando un círculo. Ahí estaban a su lado todos sus seres queridos: Copafeliz, Coparrota y Dadavuelta.
Quierememucho estaba allí, arriba de la silla, parada bien alta y a su alrededor todas sus amigas. Entonces descorchó la botella y comenzó a llenar su copa. Por supuesto enseguida se completó y comenzó a desbordarse. Nunca se había sentido tan feliz mientras seguía derramando el contenido de la botella sobre su copa y el líquido continuaba desbordando por sus costados. Éste caía naturalmente sobre sus amigas que estaban debajo.
Quierememucho ya no necesitaba hacer ningún esfuerzo ni sacrificio para darle el líquido a las demás, éste fluía naturalmente hacia los otros.
Coparrota recibió el líquido y no pudo contenerlo, sele escapaba por el agujero de su base. Dadavuelta enojada como siempre, sintió el líquido que la hacía cosquillas a su alrededor pero no permitió que ni una gota entrara en su interior; en cambio, Copafeliz lo recibía con alegría y su copa se llenó rápidamente, desbordando a su vez.
El objetivo se había cumplido. Quierememucho estaba desbordando de alegría, lo mismo que Copafeliz. Coparrota ya sin líquido, empezaba a preguntarse si la vida necesariamente tendría que ser así: "no poder retener los momentos felices". Dadavuelta seguía tan cascarrabias como siempre, ¡pero era tan querible!. Algún día cambiará y se permitirá llenar su copa.
El Sufí, una vez terminado el cuento, guardó silencio por unos minutos y luego tomó a la mujer de las manos, la miró firmemente a los ojos y le dijo:
- Hija mía, busca entender el significado de las escrituras. Ellas dicen que quieras a los demás como a ti mismo, no primero a ti, ni tampoco primero a los demás.
Y agregó:
- Si quieres la felicidad de los demás, primero busca la felicidad dentro de ti.
Luego el Sufí la acompañó hasta la puerta y le dijo:
- Hija, ve en paz y llénate de amor y cuidados, luego, naturalmente desbordarás sobre los otros ese amor y cuidado.
La mujer salió, miró el sol de frente y sintió sus cálidos rayos en la piel. Dejó que los perfumes de las flores del lugar se impregnaran en su cuerpo, y tomó consciencia de que llegaba la primavera. Luego con un andar tranquilo se perdió en el horizonte. Iba con su corazón en paz.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon
Extraído del libro "Los cuentos de Dino".


Revista Crecimiento Interior Nº 57, Año 6, Julio de 1999

Escritos sobre Bioenergía

EL DESCUBRIMIENTO DE LA FOTO KIRLIAN

Al igual que la capa de ozono que recubre y protege a la tierra, el cuerpo humano emite una energía que lo rodea, vibrando de un modo particular. También las plantas y los animales emiten un tipo especial de energía, que podríamos comparar a una luz que se mueve desde el centro hacia afuera. A simple vista no es siempre posible ver esta energía, pero la fotografía Kirlian es el medio por el cual se puede comprobar su existencia.
El descubrimiento de este efecto fotográfico fue realizado por casualidad en 1939 en Rusia, por un electricista soviético llamado Seymon O. Kirlian. Este buscaba reparar un aparato de alta frecuencia que se utilizaba en electroterapia que se hallaba descompuesto, y comenzó a manipularlo. En ese momento percibió un fugaz resplandor entre los electrodos y la piel. Probablemente fuera esto lo que hoy en día se conoce en Kirliangrafía como efecto Corona, pero no se sabe a ciencia cierta.
Lo que sí sabemos es que a partir de ese momento se comenzaron las investigaciones en este campo, que habían querido ser demostradas ya afines del siglo pasado pero sin éxito por el sabio Nicolás Tesla, quien mostró fotografías de ciertas luces" emanadas de su propio cuerpo mientras se ubicaba dentro de un campo magnético de alta frecuencia.
Pero fue en realidad Kirlian quien realizó el invento que permitió trasladar a la placa fotográfica.
Esas emanaciones salidas de sus propias manos. Más tarde se dedicó a estudiar las variaciones de forma intensidad y en especial del color que aparecían en dichos efluvios y comprobó para su propia sorpresa que se trataba de diferencias en los estados emocionales, mentales y físicos de la persona cuya foto se registraba, aún cuando la fuente lumínica no era alterada. En realidad, esto lo descubrió fotografiándose él mismo cuando se sintió enfermo y así comprobó que su propia energía mostraba diferencias notables a aquellas fotos tomadas en momentos en que su salud era óptima.
Esto significa entonces que la fotografía Kirlian registra diferencias en la energía vital, la cual hoy todos sabemos tan bien que se modifica según el estado anímico, nervioso, psíquico y como consecuencia también en el orgánico del individuo, que quedan marcadas en el campo áurico. De este modo la foto Kirlian se transformó en un excelente método para diagnosticar síntomas en la persona que podían derivar en enfermedades futuras, ya que dichas alteraciones pueden ser detectadas en la energía con bastante anticipación a que se manifiesten en el cuerpo.
Cuando este sistema fotográfico llegó a los Estados Unidos, se propagó inmediatamente ya partir de ese momento se establecieron lo que se denomina patrones de energía, que permiten codificar los distintos colores, estructuras o intensidades que aparecen representados en la foto. Esos códigos se utilizan hoy en la realización de los estudios Kirlian que pasaron de ser un descubrimiento casual, a una importantísima herramienta de diagnóstico anticipado y prevención de la enfermedad.

Autores: Staff de la Revista Crecimiento Interior.

Revista Crecimiento Interior Nº 57, Año 6, Julio de 1999

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 

 

Volver a página de inicio, click aquí >>