16 June, 2012 20:56

 

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REVISTA CRECIMIENTO INTERIOR N° 31

Año 4, mes de Mayo de 1997

Revista Crecimiento Interior Nº 31, Año 4, Mayo de 1997

 

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MURCIELAGOS Y MARIPOSAS: una cuestión de luz

Un día estaba cayendo el sol y la suave y alegre mariposa iba siguiendo los cálidos reflejos del sol que se perdía a lo lejos, y aunque sus esfuerzos eran muchos, no los podía alcanzar. De pronto al acercarse a un árbol, lo vió. Al principio se asustó por su forma extraña y su traje negro...

AROMATERAPIA: Aceite esencial de Pino

La especie pinus mugus es originaria de los alpes Europeos, en especial el Norte de Italia y el sur de Alemania. Si bien pertenece a la familia de las coníferas, se trata de un arbusto, primo de los altos árboles cuyo conocido aceite se utiliza desde la antigüedad...

LAS FLORES DE BACH: Holly

El arbusto de Holly pertenece a la familia del muérdago, esa planta de hojas color verde vivo y pepitas rojas tan utilizada para decorar las mesas de Navidad. La razón de ello es que las flores de esta planta simbolizan la apertura del chakra del corazón, del amor divino universal, más allá del hombre racional...

Cuentos


MURCIELAGOS Y MARIPOSAS:
UNA CUESTION DE LUZ

Un día estaba cayendo el sol y la suave y alegre mariposa iba siguiendo los cálidos reflejos del sol que se perdía a lo lejos, y aunque sus esfuerzos eran muchos, no los podía alcanzar.
De pronto al acercarse a un árbol, lo vió. Al principio se asustó por su forma extraña y su traje negro.
- Quizá me asustó más el hecho que estuviese boca abajo y agarrado de la rama con sus patas-, se dijo la mariposa cuando volvió "volando" a su casa y tuvo que esperar un rato para que su corazoncito dejara de latir fuerte.
Al otro día, curiosa como toda mariposa joven, se dirigió a la misma hora y al mismo lugar y lo vió de nuevo.
Esta vez ya no la asustó tanto, y hasta le pareció divertido ver como se desperezaba, pues recién a esa hora, cuando toda la gente normal se iba a sus casas parecía que él comenzaba a vivir.
Fue al tercer día que la mariposa, vestida con sus mejores alas, se dirigió de nuevo a su encuentro. Cuando lo vió, todavía estaba colgado boca abajo de la rama. Ella se acercó despacio, se acomodó las alas, hizo un poco de ruido con patitas para que él notara su presencia, y con su voz tan dulce le preguntó:
- ¿Cual es tu nombre?.
- Yo soy Alf, el murcielago, contestó él con orgullo. Luego hizo una pausa, y mirándola de costado con ojos picarones le preguntó a su vez:
- ¿Y tu quién eres?.
- Yo soy Matilde, una mariposa, dijo ella sonrojándose.
Y así comenzó una amistad.
Todas las tardes ella, a la caída del sol, iba a encontrar Alf, cuando el murciélago se despertaba y charlaban de sus diferentes enfoques sobre cómo era la vida.
Alf, afirmaba la belleza de la noche, de la hermosura del frío, de las maravillas de las estrellas, y protestaba por el calor y la luminosidad del sol. Alf amaba la humedad, y lo enloquecía estar cabeza abajo colgado de la rama de un árbol. Adoraba la oscuridad, y todo lo negro. Creía firmemente que a través del dolor y el sufrimiento los seres aprendían y crecían.
Matilde en cambio creía que la vida era otra cosa: que el sol era lo importante, que la luz simbolizaba la vida. Que la alegría y que la belleza era valores esenciales, y que la noche le infundía miedo.
Con el tiempo y a pesar de sus diferencias sobre lo que era lindo y sobre lo que era feo, la amistad se convirtió en amor, y decidieron ir a vivir juntos.
Matilde era muy comprensiva y con el pasar de los meses había comprendido que para Alf era imposible vivir a la luz del día: Eso no era para él, y en consecuencia para mantener la armonía familiar Matilde se amoldó, se adoptó, tomó como propios los valores y el modo de encarar la vida de Alf. Matide empezó a vivir de noche y dormir de día. Lo que más le costaba era dormir boca abajo agarrada de sus patitas a la rama de un árbol. Más de una vez, dormida, se cayó de cabeza al suelo. Motivo por el cual Alf le construyó un aparato con unos soportes para seguridad que la sostenían boca abajo en el árbol.
Matilde dejó de frecuentrar a las otras mariposas. ¡Cómo podía seguir con ellas si vivían en distintos mundos!.
Alf estaba feliz con esta relación pero no Matilde, que comenzó a estar de mal humor, pues él salía de noche y la dejaba sola, a ella, a Matilde que tanto miedo le tenía a la oscuridad.
El volvía apenas antes del amanecer. Ella lo esperaba con los brazos abiertos buscando su amor y la respuesta de Alf era terminante.
- Hoy no Matilde-, decía con mal humor, y agregaba - estoy cansado, estuve volando toda la noche.
Y Matilde se quedaba mirándolo mientras él roncaba boca abajo colgado del árbol.
Y así con el tiempo y la rutina, ese modo de vivir se volvío insoportable para Matilde. Desesperada se pasaba todas las noches pensando en una solución a su vida, pero no podía encontrarla. Hasta que finalmente Matilde sintió que algo se había apagado en su corazón. Por más que buscaba en su interior, ya no podía encontrar el amor que antes sentía por Alf, sino apenas comprensión. El poder entender que Alf no era malo, sino que hacía lo mejor que podía considerando que él era un murciélago.
De a poco Matilde fue sintiendo como su salud se desmejoraba día tras día, hasta que finalmente cayó enferma.
- Indudablemente esta no es vida para una mariposa- dijo terminantemente el médico llamado ante la emergencia. Esta mariposa debe volver a su mundo o morirá de tristeza.
Alf, protestó un poco ante el dictamen del médico, y luego se dijo:
- Finalmente quien entiende a las mariposas. Uno les da de todo y parece que nada les alcanza, nunca están felices con la vida que uno les proporciona.
Mientras decía esto arrojó a la calle el aparato que había construído para que Matilde gozara de todas las comodidades necesarias cuando dormía de día colgada de la rama.
Matilde, a su vez cuando escuchó las palabras del médico, sintió un fuerte alivio y sus alas se agitaron involuntariamente de alegría, pues implicaba que tenía que volver a su mundo, al sol, a las flores perfumadas, a la luz, al calor. Y así Matilde dejó a Alf y se fue volando despacio mientras el sol comenzaba a asomarse atrás de unas verdes colinas. Matilde todavía no podía acostumbrarse a la luz del sol y se detenía a cada rato para descansar. En esos momentos aprovechaba para tomar respiraciones profundas y llenar sus pulmones con el aire puro de la mañana embriagado con el aroma de las flores. Matilde se estaba llenando de energía y felicidad.
Mientras tanto Alf ya estaba durmiendo colgado de su rama. Se veía, en sueños, volando muy alegre junto a una murciélago que había conocido la noche anterior.
Fue entonces que, mientras a Alf le pareció escuchar una voz en su sueño, a Matilde le pareció escuchar una voz que venía desde el cielo.
La voz decía:
- Hijos míos, los he hecho diferentes por naturaleza, no intenten unir dos mundos que nacieron para vivir por separado. Las mariposas necesitan mariposas y los murciélagos, murciélagos.
En ese momento Alf suspiró en sueños, se acomodó un poco mejor en la rama y siguio durmiendo. Alf estaba en paz.
Del mismo modo, en ese momento Matilde suspiró, mientras metía alegremente su naricita traviesa en el caliz de una flor para percibir mejor su aroma: ella también estaba en paz.


Revista Crecimiento Interior Nº 31, Año 4, Mayo de 1997.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon
Extraído del libro "Los cuentos de Dino".

¡EL CUENTO LLEGA A LA UNIVERSIDAD!

En la materia "Psicología Evolutiva", correspondiente al segundo año de la Carrera de Psicología, de la Universidad de Morón, se está utilizando a partir de este año como "material de trabajos prácticos", el cuento "Un mueble lleno de cajones".
Éste fue escrito por el Dr. Dino Ricardo Deon, y publicado en la Revista Crecimiento Interior Nº 60, correspondiente al mes de Octubre de 1999.

Escritos sobre Aromaterapia

AROMATERAPIA
Aceite esencial de Pino
(pinus mugus)

La especie pinus mugus es originaria de los alpes Europeos, en especial el Norte de Italia y el sur de Alemania. Si bien pertenece a la familia de las coníferas, se trata de un arbusto, primo de los altos árboles cuyo conocido aceite se utiliza desde la antigüedad.
Este arbusto de retorcidas ramas crece por encima de los 1000 metros de altura, donde las condiciones climáticas no son favorables. Sin embargo, la capacidad de supervivencia de esta especie en condiciones tan difíciles, le dan al aceite una igualmente fuerte propiedad protectora. Las matas cerradas que forman entre sí, recuerdan el bosque que encerraba al castillo de la Bella Durmiente, tan difícil se hace atravesarlas, de modo que su recolección es bastante complicada. Pero en realidad la función de tan intrincadas matas es la de proteger las laderas de los montes de la erosión del viento, de modo que el agua pueda penetrar en las capas más profundas en vez de rodar al valle con facilidad.
No es fácil encontrar el Pinus mugus en nuestro país, pero quien desee conocerlo podrá hacer una visita al jardín botánico de Buenos Aires, en el área de plantas aromáticas.
El aceite se obtiene por destilación mediante arrastre por vapor de las agujas y de las puntas enteras de las ramitas nuevas. No es difícil imaginar por tanto que aunque de color transparente, se trata de un aceite muy fuerte, y por ello es sumamente importante utilizarlo diluido en proporciones pequeñas para mezclas de masaje o en su uso como único aceite, a fin de evitar la irritación de la piel.
El Pino es ideal para aquellas personas que viven condicionadas por su pasado. Si las experiencias fueron negativas, se recriminan por no haber podido mejorarlas, pero si estas fueron positivas, siempre creen que podrían haber sido mejores. De este modo, dicho tipo de individuos siempre se encuentra insatisfecho, con razones para autocastigarse, para encontrar que son culpables de todo lo que sucede a su alrededor, mientras van gastando su energía vital.
El aceite esencial de Pino utilizado en un aromatizador ayuda la mejor aceptación de sí mismo, a tomar consciencia de la necesidad de autogratificación para evitar tener en cuenta solo aquello en lo que nos equivocamos. Cuando empezamos a abandonar ese condicionamiento que nos provoca la culpa es cuando realmente nos respetamos a nosotros mismos. Comenzamos a ver que somos parte del Universo y que cada experiencia negativa no es un fracaso sino un aprendizaje que nos toca capitalizar, absorber como la tierra con el agua. Así este aceite ayuda a recuperar las fuerzas, la constancia y la motivación para alcanzar objetivos positivos. Al haber continuidad en los logros se recupera la sensación de seguridad, mejorando por ende la autoestima.
En lo que al aspecto físico se refiere, el aceite de Pino en el aromatizador limpia el aire de microbios impidiendo el contagio de enfermedades, en especial aquellas relacionadas con el aparato respiratorio. Su aroma fuerte y balsámico nos recuerda uno de los árboles con más energía sobre la faz de la tierra. Por ello las meditaciones con este aceite recuperan nuestra vitalidad: aplicado en mezclas para masaje, es indicado para vigorizar el cuerpo, la mente y el sistema nervioso cuando el agotamiento en cualquiera de esas áreas ha minado las energías y se manifiesta como debilidad general: falta de fuerza física, sistema nervioso alterado que nos hace sentir fuera de centro, imposibilidad de concentrarnos, dispersión mental.
Veamos ahora cómo actúa el aceite de Pino en relación a la inseguridad. Los miedos, su causa básica, bloquean los meridianos de riñón y vejiga, afectando las vías urinarias (cistits, retención de líquidos o infecciones). Por otra parte, el exceso de responsabilidad con respecto a las propias acciones, puede acarrear dolores en el nervio ciático o en la columna vertebral por la sobrecarga de exigencias que infligimos nuestro cuerpo, como así también dolor de estómago, resfriados o gripe, (por la furia contra nosotros mismos), hemorragias nasales o menstruales, fiebres o sinusitis, pero también endurecimiento de los músculos al punto de producir dolor. Para ello el aceite de Pino tiene efectos reguladores sobre los mencionados meridianos, como también sobre el vaso gobernador, responsable de controlar la energía física y de actuar sobre el sistema nervioso central.
De este modo el Pino ayuda a normalizar cualquiera de estos síntomas desde los vapores emanados desde el aromatizador, los masajes, y también en inhalaciones para la tos, la congestión de las mucosas nasales y el catarro, ayudando a liberar o a prevenir dichos síntomas. En muchos países de Europa se utiliza dentro de los programas curativos del reuma en saunas o baños de inmersión. En éste último caso también posee un efecto estimulante y purificante cuando se vierten unas gotas al agua de la bañera.
Un último secretito: mezclado con aceite de limón, y aplicado como sauna facial, es limpiador, purificante y estimula la piel brindando una refrescante sensación de suavidad y limpieza. Vale la pena la experiencia.

Autores:Staff de la Revista Crecimiento Interior

Revista Crecimiento Interior Nº 31, Año 4, Mayo de 1997

Escritos sobre Terapias Florales


LAS FLORES DE BACH
Holly

El arbusto de Holly pertenece a la familia del muérdago, esa planta de hojas color verde vivo y pepitas rojas tan utilizada para decorar las mesas de Navidad. La razón de ello es que las flores de esta planta simbolizan la apertura del chakra del corazón, del amor divino universal, más allá del hombre racional. En el período de Navidad, sentimos muchas veces que nuestro corazón se abre, que la luz lo inunda y tomamos consciencia de su significado, el renacimiento de la consciencia divina.
Tradicionalmente sus ramas se utilizaron para limpiar chimeneas, y hogares, considerados el corazón de las casas. Por allí se creía que podían ingresar las energías negativas de los espíritus. Holly ayuda a liberar negatividades en nuestro corazón y a tomar consciencia de que somos luz y que a través del amor
Los antiguos druidas, consideraban esta planta como la más sagrada. Bach no desconocía esta historia y a principios de verano se dedicó a estudiarla para observar su efecto sobre las emociones del hombre.
Cuando falta amor, el hombre es atacado por sentimientos de celos, rivalidad, sospechas, odio, disfrute por el sufrimiento de los demás, envidia, decepción, provocando un endurecimiento del corazón. Tan grande es el lugar que ocupan los sentimientos negativos interiores que el individuo pierde la capacidad de amar. Esto trae aparejada una sensación de abandono, aislamiento y falta de comunicación que hace canalizar toda la energía en pos de una lucha por ser amado. Pero los sentimientos negativos son tan fuertes, afectan tanto las emociones que la energía interior se transforma en un campo propicio para el ingreso de enfermedades.
Es interesante por ejemplo ver como una persona que cela enfermizamente a otra, no puede darse cuenta de que si no puede recibir el amor que espera es porque tampoco lo puede irradiar, estando su corazón cerrado. Así suelen basar su seguridad o su realización en lo que el otro pueda darles, en los propios sentimientos y necesidades, sin darse cuenta de que la meta debería estar puesta en encontrar la unidad interior, la conexión con lo divino que hay dentro de cada uno de nosotros.
La sensación de ausencia de amor es típica del tipo Holly negativo. Esto provoca sufrimiento en la persona que se siente abandonada en su pesar y muchas veces tiene explosiones coléricas y temperamentales por el enojo que esta emoción le produce. Holly da sentimientos manifiestos, totalmente diferentes a los íntimos no expresados de Willow, por ejemplo, pero que también pueden derivar en miedo a la pérdida del control (Cherry Plum), impaciencia (Impatiens), frustración (Vervain), etc.
Holly es también considerada como flor catalizadora pues ayuda a clarificar las ideas. Cuando las florales que se han dado no surten el efecto deseado o son muchas las florales que aparecen en primera instancia, esta floral ayuda a discernir entre los estados de ánimo claves, que originan el problema. Esto se da especialmente en el tipo de personas sumamente activas con mucho ímpetu, ya que cuando se trata de individuos más pasivos la flor usada con el mismo fin es Wild Oat.
Holly en estado transformado representa el grado más elevado del amor universal. La persona aprende a vivir en armonía, comprendiendo a sus semejantes, alegrándose con sus logros, reconociendo el derecho de cada alma de ocupar un lugar en el mundo con alegría, gozo y sobre todo, con un enorme sensación de amor dentro de su corazón.

Autores: Staff de la Revista Crecimiento Interior

Revista Crecimiento Interior Nº 31, Año 4, Mayo de 1997

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 

 

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